Posponer el dolor

Encontrar el regalo

Hoy hablaba con alguien muy cercano a mí, (podría ser yo en cualquier momento de mi vida).

Esta persona se enfrenta a un “Parar porque el cuerpo me para”, después de la pelea con la situación, con la mente, con todas las cosas que se dice y las obligaciones que se impone, también con su cuerpo, por no seguir a la loca de la casa: (como dice Nazareth Castellanos refiriéndose a la actividad mental).

Después de tanta pelea consigo misma, llega la rendición, y con la rendición el mensaje o regalo oculto tras cada dificultad, tras cada duelo o dolor que nos pueda afligir en muchos momentos de nuestra vida.

Gracias a su escucha interna y autoconocimiento, ha sido capaz de ver el regalo dentro del dolor.

Darse cuenta de la cantidad de veces que no se ha permitido llorar el dolor de sus pérdidas, para no acrecentar el dolor de las personas queridas de su alrededor, os suena esto?

A veces es algo común en mis acompañamientos, sobre todo a familias que viven un duelo conjunto, no se habla, no se llora, no se expresa para que al otro no le duela…..

Y con qué consecuencias??

Con las consecuencias de ir tapando una y otra vez lo que sienten, una y otra vez ponerse en segundo, tercer o último lugar, con la suma de todas esas veces……

Cuanto tiempo necesitamos  para darnos  cuenta que el  dolor seguirá doliendo hasta que le hagamos  un lugar en nuestro  regazo, hasta que lo abracemos, lo lloremos, lo comprendamos  y lo acunemos.

 Cuanto tiempo o cuantas situaciones de dolor para acoger el aprendizaje?

Cuando aprenderemos a través del amor o el juego ( que también lo hacemos, pero menos)

Cuando dejaremos de ser niñas doloridas en búsqueda de ese amor incondicional que ya de adultas solo podemos darnos a nosotras mismas?

 Y aprendamos a amarnos desde lo que somos HOY….  y mañana?? MÁS y MEJOR…..