Nuestras emociones nos ayudan a caminar por la vida: mientras vamos más o menos bien, las vamos gestionando sin problema, cada uno a su manera… Cuando aparece una crisis o vivimos un cambio (sea buscado o encontrado) nuestros sistemas nervioso y emocional colapsan: a veces se bloquean a la baja (o sea, dejamos de sentir o creemos que lo hacemos porque hemos bloqueado los avisadores), o nos desbordamos (con lo cual tampoco podemos seguir nuestra vida de manera operativa y funcional). En ese momento es posible que las personas me pidan ayuda. 

Si son crisis –oportunidad de cambio– derivadas de la cotidianeidad (problemas consigo mismos, emocionales, de comportamiento, dificultades en el trabajo o las relaciones, con las parejas o familias), comenzamos a trabajar con herramientas de gestión emocional, bajamos la activación emocional para que no duela y pueda haber aprendizaje, buscamos recursos personales, les ofrezco soporte, guía y herramientas nuevas, también que puedan encontrar el “para qué” de esas situaciones, dándole sentido y saliendo reforzados de las crisis.

En los procesos de Duelo lo más importante es acompañar lo que la persona va sintiendo en cada momento de su camino personal de duelo, que tiene que ver con muchas variables: tipo de pérdida, circunstancia de la pérdida, vinculo creado, historia personal del doliente, etc.

Trabajo para empezar con la rueda del duelo de la Dra. Kübler-Ross, identificando el momento de la consulta y así abordando las dificultades emocionales y de la vida cotidiana, importante como base cosas sencillas que al principio se dejan de lado, como: poder descansar, comer bien, salir a tomar el sol, sociabilizar en lo posible…